viendo el paisaje en La Virgen de la Paz |
en La Puerta |
En esta oportunidad salimos inicialmente hacia Santa Bárbara del Zulia, y en un momento cambiamos la ruta para llegar hasta Mérida. El camino solo para Andreína y yo. 5 días en moto, cansa un poco, pero si me preguntan si lo vuelvo hacer, solamente digo: claro que si !!
El objetivo del primer día era llegar hasta La Puerta. Luego regresar hasta Valera y proseguir hasta Santa Bárbara del Zulia, pero salimos muy tarde de Valencia, y de paso nos cayó un palo de agua en el camino que hizo que una bujía fallara, así que nos agarro la noche en un pueblo llamado Monay, allí conseguimos alojamiento en el Hotel Tierras Trujillanas, excelentes habitaciones, excelente atención y de paso tiene un karaoke en la planta baja donde te puedes tomar las cervecitas y comer una buena pizza.
Al día siguiente, solventamos los problemas de la moto y cambiamos la ruta, decimos adios al Zulia y decidimos ir a visitar la Virgen de la Paz, y de allí hasta La Puerta, para pasar la noche. Tuvimos la suerte de encontrar un buen hotel a 2 cuadras de la plaza.
Desde La Puerta tomamos un camino que te lleva directo a Mérida, pasando por el Collado del Cóndor o el Pico El Aguila. Allí pasamos un poco de frío porque no estábamos muy preparados, recuerden que íbamos para el Zulia. Mi esposa tenía una chaqueta blujean y yo unos guantes de dedos cortos, que cuando íbamos subiendo en moto hasta el pico, todo el frío me pegaba en los dedos, que llegaron casi congelándose. Estábamos en el punto de carretera más alto de Venezuela, a 4000 metros sobre el nivel del mar, sin embargo, la alegría de llegar hasta el Pico el Aguila fue inmensa, no esperaba pasar por allí.
casi casi llegando al Paso del Cóndor |
la Laguna de Mucubají |
El regreso fue muy relajado y llegamos a San Carlos a las 5 pm. y como no quería arriesgarme a que me agarrara la noche en la vía, consideramos quedarnos en un hotel. Tengo que decir que hay muchos jejenes por esos lados y en un momento que andaba con el visor arriba se me metieron en el casco y hasta por los oídos.
El quinto día nos paramos muy temprano y salimos hacía Valencia, desayunamos unas cachapas por el Naipe y llegamos finalmente a nuestra casa a abrazar nuestras hijas que tanto extrañabamos.
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